Iván Bustillo's video: ramos desagradecidos y no lo sabi amos

Siempre había escuchado decir “hay que dar gracias a Dios en todo” tanto en lo bueno como en lo malo. Suena como algo fácil de entender, pero quizá difícil de aplicar especialmente por lo mucho que abarca la palabra “todo”. Hace tan sólo unos días yo pensaba comprender y ejercer a plenitud lo que esta pequeña proposición implica; sin embargo, bastó una semana para darme cuenta de lo contrario. Sí, día a día le doy gracias a Dios por la vida, personas, recursos, experiencias e incluso por los problemas grandes y pequeños. Confío en que todo posee un perfecto e intrínseco propósitos que va más allá de mi entendimiento. Doy gracias por lo que me gusta y me disgusta, por lo que me da paz y me da angustia, por lo que me fortalece y me debilita… En fin, por todo lo bueno y por todo lo malo. Pero esta semana me percaté que he cometido un error. Me di cuenta que le he dado gracias a Dios por cosas “malas” que en realidad no son tan malas como pensaba, y que ahora hasta echo de menos. Creo que todos saben a lo que me refiero, “éramos felices y no lo sabíamos”. Hoy quiero levantar una acción de gracias por ciertas cosas buenas que quizá alguna vez consideré negativas y por las que quizá jamás expresé mi gratitud: Gracias, Dios, por el tráfico y los embotellamientos vehiculares… a pesar de ser una prueba de paciencia diaria y algo que se necesita mejorar, te agradezco por la posibilidad de trasladarnos de un lado a otro a través de ese congestionamiento. Gracias por dejarme abrazar, besar y dar los cinco libremente. Admito que en ocasiones hasta he evadido saludar a gente, pero cómo me encantaría volver a darle un apretón de mano a alguien sin miedo a contagiarme. Gracias por el papel higiénico, y por todas esas cosas que puedo comprar en el mercado y supermercado. ¡Jamás imaginé preocuparme por no encontrar algo para comprar! Hoy me doy cuenta que lo he dado por sentado. Gracias por permitirme madrugar. No me quejo, estos días he podido despertarme más tarde y dormir más de la cuenta, pero nunca imaginé extrañar tanto la normalidad. Preferiría madrugar e ir adonde sea que estar en cuarentena. Gracias por los vendedores ambulantes, confieso que a veces subo la ventana cuando son muy insistentes, pero cuánto me gustaría poder llamar a uno ahorita y comprarle un dólar de lo que sea sin temer por mi salud. Gracias por los médicos, enfermeros, doctores… toda la gente que trabaja en hospitales, farmacias, supermercados, bancos, seguridad pública, fábricas, productoras de alimento, distribuidoras… Quizá nunca había dimensionado la importancia del rol que desempeñan estos valientes trabajadores y trabajadoras. Gracias por el caluroso sol del mediodía, a veces no aguanto el calor… a veces es sofocante. Pero cómo me gustaría ir por un helado con mi familia después de almuerzo mientras caminamos por el parque y nos pega sol con su brillo y calor . Me cuesta, me cuesta darte gracias por este virus que nos acecha, ¿quién haría eso? Pero he decidido agradecerte siempre por todo lo bueno y por todo lo malo, por lo que me sana y por lo que me enferma. Quizá no entiendo el propósito aún, quizá ahora vea esto como algo terriblemente malo… Por ahora sólo me queda reconocer que esta situación definitivamente ha incrementado mi gratitud. Gracias por todo, Dios. ¡SUSCRIBITE, te hace ver hermoso! - Sitio web: http://www.littleviejo.com Facebook: http://www.facebook.com/LittleViejo Instagram: https://www.instagram.com/LittleViejo Twitter: https://twitter.com/LittleViejo Canal principal: http://www.youtube.com/LittleViejo Segundo canal: http://www.youtube.com/LittleViejo2 e-mail: info@littleviejo.com Música jugosa que uso en mis videos: https://goo.gl/PCtvFC