La Manifestación Para Todos's video: Activista gay explica por qu oponerse al matrimonio gay

Xavier Bongibault (twitter @XBONGIBAULT) es vocero de La Manif Pour Tous y presidente de la asociación "plus gay sans le mariage" que agrupa a los gays franceses que se oponen al matrimonio gay. CLICK EN MOSTRAR MAS. Una de las claves del éxito de La Manif Pour Tous, que quisiéramos enfatizar, es el uso de un discurso laico que no tiene la pretensión de moralizar sobre las conductas homosexuales; más bien, se basa en recordarnos las realidades más elementales y como está realidad intenta ser subordinada a la ideología. Sobretodo en Francia, se ha formado una mayor conciencia sobre el matrimonio gay. No se trata, como ingenuamente muchos lo pregonan, de adquirir derechos civiles respecto al régimen patrimonial de dos personas que quieren hacer una vida en común; tampoco se trata de "proteger" a las "familias homoparentales" que quedarían al margen de la ley, entre otros mantras que suele usar el activismo de género. Esas son solo excusas que deliberadamente pretenden esconder las verdaderas intenciones de la ideología de género: subvertir las bases de la familia y de la sociedad. ¿En qué sentido? El matrimonio gay es solo un paso más para desmantelar radicalmente la humanidad y sustituirla por presupuestos del transhumanismo, una ideología que se niega a reconocer cualquier limite ético a la manipulación de la naturaleza humana, porque imagina que este "traspaso de límites" es una liberación de la humanidad. Para otro momento queda la reflexión sobre el hecho de que los verdaderos limites no se traspasan, simplemente se manipula la conciencia: un hombre jamás será una mujer; a lo más, puede aspirar a ser un hombre quirúrgicamente amputado e intelectualmente manipulado para creer que "es mujer", algo que el núcleo más profundo de su conciencia aún sabe. También se subvierten los presupuestos sobre la complementariedad sexual y biológica del ser humano. En adelante, progresivamente y del modo más disimulado posible, se hará todo por asentar las bases que en algunos años nos llevarán a negar cualquier vocación al hombre como hombre y a la mujer como mujer: ni la maternidad corresponde a la mujer, ni la paternidad al varón, son solo “elecciones” que tienen un significado “cultural”, pero nada que la tecnología no pueda desbaratar y rediseñar a su antojo. Esto se vincula directamente con la reproducción humana: uno de los pasos que van a este sentido, es empezar a usar la tecnología para "hacer posible la reproducción" a todas las parejas, incluso a las que son de suyo incompatibles para procrear. Esta realidad que en México no tenemos tan cercana por los altos costos implicados, en Francia ya es motivo de lucha política: los vientres de alquiler y la reproducción médica asistida son un "derecho humano" de las parejas homosexuales, para que "puedan tener descendencia", frase ridícula donde las haya. De este modo, la lucha por la familia debe romper el paradigma clásico en el que el propio discurso de género nos ha mantenido. No se trata de conservar la “familia tradicional” ni una “cuota de derechos” para educar a nuestros hijos; se trata de entender que está en marcha una revolución a gran escala, que pugna por hacer de la humanidad un artificio y de la sociedad un grupo formado por células hiper-individualistas que están solas con "sus derechos”, en donde el amor conyugal queda borrado, en donde la maternidad se mercantiliza y en donde la niñez es un producto adquirible y con la identidad manoteada para satisfacer los deseos subjetivos de un grupo. Los medios jurídicos tradicionales no son suficientes para enfrentar lo que está en marcha; no es un problema jurídico, es una guerra cultural y hemos de reconocer que el discurso pro familia tradicional está muy atrasado para enfrentarse en esa guerra. Entender esto y esforzarse por construir un discurso laico y objetivo, es también lograr que los jóvenes entiendan lo que está en juego y sumarlos a la causa; una causa por la familia, sí, pero también -y no menos importante- por la verdadera libertad, por la verdadera igualdad y por la verdadera fraternidad; por los verdaderos derechos humanos, en el sentido más completo del término. Como La Manif Pour Tous nos recuerda: "todos nacemos de un hombre y una mujer". No hay transhumanismo que pueda cambiar eso.