Miguel Cervera Lleonart's video: NO SOMOS F SICOS SOMOS ENERG A

Para quien no lo sepa, una "frazada" es una manta. Si ponemos una manta mojada en un lado del tambor de la lavadora y centrifugamos, la lavadora comenzará a moverse de una forma anormal. El desequilibrio en la carga del tambor genera una vibración muy evidente y ruidosa. Lo mismo ocurre a nivel microscópico con el átomo: la carga eléctrica del átomo nunca se distribuye de forma equilibrada o simétrica como en un estado ideal de equilibrio y reposo. Por eso, debido a las órbitas de los electrones alrededor del núcleo y a su vez el movimiento rotatorio del átomo, se genera una vibración constante que a su vez se traduce en energía y fuerza continua. Entonces...si los átomos son basicamente un 99,99% de energía, si éstos forman moléculas, las moléculas son igualmente energía. Si las moléculas crean células, éstas son energía. Si las células crean humanos...NOSOTROS SOMOS ENERGÍA, no materia. Pero entonces...¿ cómo podemos explicarnos la aparente solidez de nuestros cuerpos así como las de las demás "cosas materiales" que nos rodean?...Si somos 99,99% energía invisible...¿por qué no nos precipitamos a través del suelo que pisamos? ¿Por qué no podemos atravesar las paredes? Buena pregunta, ¿verdad? Creo que casi tod@s vosotr@s habréis leído o escuchado que los sólidos son "energía condensada" de baja frecuencia. Cada elemento o materia se manifiesta en moléculas, y estás pueden tener mayor o menor densidad de átomos según sea su naturaleza y la mayor o menor fuerza de cohesión entre ellos y sus combinaciones con otros elementos. Sin embargo, cada átomo, aunque siempre contiene más o menos electrones y protones en la misma cantidad, sigue siendo 99,99% de energía y un resto despreciable de materia. Bruce Lipton lo explica de una forma tan sencilla que creo que tod@s podremos encontrar respuestas a estas cuestiones. Este conocimiento supone una verdad muy trascendente: Somos 99,99% energía intercambiable con todo lo que nos rodea. Nuestros cuerpos energéticos: físico, mental y emocional son emisores-receptores de energía que podemos compartir de forma positiva con nuestros semejantes y demás formas de vida. Depende de lo que decida nuestro poder de la intención; también depende de saber discernir entre las vibras positivas y negativas para ser receptivos con las primeras y saber protegernos o aceptar sin miedos las segundas.