Raul Diaz Acevedo's video: 105 Guitarra campesina Juanita Oliveros Mazurca punteada

Juana de Dios Oliveros Selva Oscura. Región de la Araucanía Mazurca punteada Juana de Dios Oliveros, la “Tía Juanita”, como siempre le conocí, nació un dia 16 de julio a fines del Siglo XIX, cuando los primeros colonos chilenos se adjudicaron las tierras que ancestralmente eran de la nación mapuche. Su familia paterna, llegada de España, le tocó abrir el denso bosque para tener terrenos que permitieran el pastoreo y la agricultura. Su padre le contaba que para llegar a hacerse cargo del terreno asignado tuvieron que abrirse camino a puro machete desde Victoria hasta el lugar que más tarde se llamaría Selva Oscura. Allí conoció a Sinesio Sandoval, empleado de ferrocarril, llegado a esa tierra cuando se inauguró la estación. Con el constituiría una familia con tres hijos, Tulio, Orfa y Rubén Años más tarde Don Sinesio fue trasladado a Temuco y ella comenzó a trabajar de modista, confeccionando toda la ropa de trabajo del hospital de esta ciudad. La conocían en el barrio como la “abuelita de los gatos”, porque recogía cuanto animalito se hallaba abandonado. Cuando cumplió 110 años el partido Demócrata Cristiano la reconoció como su partidaria más longeva. Selva Oscura nació en torno a una estación de ferrocarril que cada cierto tramo se construían para sacar los productos que se generaban en el lugar. Un día 12 de enero de 1909, llega el primer tren que señalaba la apertura del ramal Púa-Lonquimay Gustavo Verniory, ingeniero a cargo de la construcción del ferrocarril que abría la selva hasta llegar a Victoria, cuenta de esta realidad en “Diez años en Araucanía. 1889 – 1899” La Región de la Araucanía requirió de una red de ferrocarriles para avanzar en la llamada “Pacificación” y poder unir los pueblos y su población en una zona de densos bosques que dificultaban la comunicación. De allí que además de la línea central existían una serie de ramales que se conectaban con Temuco En esta zona existían bosques impenetrables, lo que dio lugar a su nombre. Según algunos pobladores la bautizaron así los constructores del ferrocarril, tomando el nombre del fundo aledaño y de la incipiente población que comenzaba a dar vida al poblado. Selva por sus bosques y Oscura por lo peligroso que significaba transitar por estos lugares, no tanto por las condiciones climáticas, sino por el bandolerismo que azotaba a esta región recién incorporada a la soberanía chilena. Gustavo Verniory, ingeniero a cargo de la construcción del ferrocarril que abría la selva hasta llegar a Victoria, cuenta de esta realidad en su libro “Diez años en Araucanía. 1889 – 1899” La Tía Juanita se juntaba siempre con mi suegra, María Eufemia Jara Cuevas. La Tía Juanita era prima de la madre de mi suegra, juntas se reían cuando se acordaban de los “vascos brutos” de sus familias. En casa de la “Nena” se reunían para recordar sus diabluras de juventud (aunque la Juanita era mucho mayor) y recorrer los cantos y bailes que conocieron en sus años de adolescencia. Yo aprovechaba de escucharlas y preguntarles sobre la realidad que se vivía a principios del siglo XX en esta Región de la Araucanía, especialmente en el campo Aunque ella no se consideraba cantora, sabia tocar en la guitarra vals, patiné, mazurcas y marchitas y tenía un repertorio de cuecas y tonadas que había aprendido de su madre… algo de aquello le alcancé a grabar. Tocaba Por Guitarra, Trasporte y Segunda Alta A través del tiempo pude aprender de ella los pasos y la coreografía del Patiné y la Mazurca, que se bailaba en las viejas casonas de madera de su Selva Oscura juvenil Mientras grababa la mazurca que hoy les presento, se escucha un ruido de fondo, es que aprovechando la instancia yo aprendía los pasos bailando con mi suegra. Fueron momentos de mucha alegría, mis viejitas disfrutaban recordando viejos tiempos y yo aprovechaba de registrar música y danza. Grabación realizada a fines de los años 70. No pudo recordar de la mazurca “Cuatro patas tiene el chancho” que era cantada (esa la recogí de otra cultora más tarde con la misma melodía) Era muy común encontrar, entre los viejos cultores naturales campesinos de esta región, mazurcas, patiné y cuadrillas interpretadas en guitarra sola. Al parecer la polca era menos común y su música se utilizaba para bailar el Pavo, una danza-juego en la que participaban todos asistentes a la fiesta, especialmente los más jóvenes. La Tía Juanita también nos contaba del baile-juego “El Racimo” que se bailaba en su natal Selva Oscura: al son de una cueca valseada, a un varón se le sacaba el cinturón, su dama tenía que cuidar que no se le cayeran los pantalones mientras zapateaba, tenía que evitar que se le viera… el racimo Construido su punteo sobre una guitarra con afinación universal, las funciones armónicas se construyen con dos cuerdas al uso campesino. La mazurca tenía dos frases musicales que se repetían hasta que se hacían todas las figuras del baile… pero la Tía Juanita recordó una sola, aunque de la otra recordaba su melodía